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Nota dedicada al CEPAQ en la Revista del Hospital Alemán

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En el último Número de la Revista del Hospital Alemán el CEPAQ fue motivo de su tapa y nota central. Aquí la compartimos con ustedes:

Compromiso, disciplina y vocación de servicio.

La Fundación Benaim y el Hospital Alemán operan en sinergia para brindar un tratamiento de calidad para la atención de quemaduras. El trabajo en equipo, la comunicación y un espacio diseñado en torno a las necesidades del paciente son la clave de un servicio líder en Latinoamérica: el CEPAQ.

A nadie le gustaría sufrir una quemadura pero a todos nos tranquiliza y enorgullece saber que en el piso 4º de nuestro hospital funciona el Centro de Excelencia para la Atención de Quemaduras, CEPAQ, que reúne -desde 1997- a nuestro profesionales con los de la Fundación Fortunato Benaim.

«Atendemos todo tipo de paciente con quemaduras y lesiones cutáneas traumáticas pero en la última década comenzamos a cubrir también las ulceras crónicas», explica el Dr. Alberto Bolgiani, Jefe del Servicio. Y agrega que si bien son pocos los casos que cuentan con la tecnología para tratar a pacientes con patologías de la piel o con enfermedades tóxicas que producen su pérdida.

Aleandra Soto y Liliana Valentín, ambas enfermeras del turno noche, amplían la lista de casos: «Atendemos pacientes con quemaduras eléctricas y químicas, las generadas por líquidos fríos y calientes o las provocadas por el sol, entre otras». Y es que a pesar de ser percibidas como poco riesgosas muchas de las heridas que atienden a diario responden a situaciones cotidianas como cebar mate, encender el fuego para el asado, abrir la tapa del radiador, freír o depilarse con cera.

«Es un paciente que se ha quemado y no una quemadura lo que recibimos. Por eso damos un tratamiento integral que va desde el ambulatorio hasta el crítico, sean bebés o adultos mayores», sintetiza la Instrumentadora Marcela Resta.

La recuperación de los casos complejos se basa en dos pilares fundamentales: el aislamiento y la asepsia. «La quemadura es la pérdida transitoria de la barrera cutánea que nos defiende del medio externo y si no se toman las medidas adecuadas exponemos a los pacientes a todo tipo de infecciones del medio ambiente, incluso de sus propios gérmenes. Con lo cual debemostomar medidas extremas para minimizar la contaminació; tenemos un protocolo de limpieza del quirófano, de las habitaciones, de las paredes, de los baños… de todo», comenta el Dr. Alberto Bolgiani.

La Lic. Elizabeth Luna, enfermera jefe del área, es enfática: «Aquí no hay espacio para la improvisación, está todo normatizado». Los protocolos se ponen en marcha desde la puerta de acceso donde es obligatorio lavarse las manos y cubrirse la cabeza, el cuerpo y los zapatos con la vestimenta adecuada. Hay tres habitaciones que tienen teléfonos con manos libres para comunicarse con quienes están afuera. «Al revés de otras terapias con un horario de visitas breve en el que en el que entran varias personas, aquí debemos evitar el ingreso de agentes externos; es preferible una sola visita pero que acompañe varias horas, sobre todo en las internaciones como las nuestras que suelen extenderse por 45 o 60 días».

El Centro cuenta además con su propio quirófano, sala de hidrterapia, habitación para el Médico de guardia, pasillo, office de enfermería y una zona dedicada a la transferencia de alimentos y materiales, ideada para evitar que todo lo que fue utilizado regrese al área limpia.

La ayuda de la ciencia
LA piel es el único órgano del cuerpo que no puede ser transplantado de una persona a otra. Sin embargo hay desarrollos tecnológicos como el laboratorio de cultivo celular -e incluso la impresió 3D en desarrollo-que ayudan a la recuperación de los casos más críticos.

El Dr Miguel Velez explica como funciona: «Existen tres tipos de quemaduras: La quemadura superficial (TIPO A), como la solar, donde la piel se pone roja y en 7 días se recupera; la intermedia (TIPO AB), que si bien cura espontáneamente puede dejar cicatríz; y la última la quemadura profunda (TIPO B), donde se pierde hasta la dermis, laúltimacapa con la habilidad para reproducirse. En estos casos tomamos una muestra de la piel sana del paciente y la mandamos a cultivar». El laboratorio de cutlivo de queratinocitos se encarga de darle el medio adecuado para que dichas células comiencen a crecer y a expandirse, para luego de tres semanas injertarla al paciente.

«La creencia popular es que se cultivan grandes extensiones para reemplazar cicatrices pero no es así -desmitifica Marcela Resta-. Esta técnica sirve, entre otras cosas, en los grandes quemados cuando tenemos que hacer retomas de las zonas dadoras y necesitamos que se reepitelicen más rápido».

Las soluciones también llegan gracias a las comunicación constante que establan con especialistas a nivel mundial, que les permite intercambiar inquietudes y hasta los ayudó salvar la vida de un paciente que permaneció internado por más de un año.

Además, en el CEPAQ se dicta la cátedra de Quemaduras de  la Universidad del Salvador.

Perseguir un mismo objetivo
La logística del Centro conlleva el esfuerzo de más de 20 personas entre médicos, psicólogos, kinesiólogos y nutricionistas de la Fundación Fortunato Benaim y enfermeras, cammilleros y mucamas del Hospital Alemán. A su vez mantiene contacto periódico con las áreas de Anestesia, Farmacia, Laboratorio, Imágenes, Nutrición, Cocina y Mantenimiento, entre otras.

Los días jueves organizan un ateneo donde se planifica el tratamiento de cada paciente. «Nuestro trabajo es sinérgico; cada uno sabe que puede contar con el otro más llá de su función porquehay un compromiso con el Servicio y con el paciente», afirma Marcela Resta.

Para Pedro Bilyk, Psicólogo y Coordinador Operativo y presente desde el inicio del CEPAQ, el paso del tiempo, la conexión interna, la coordinación y la aceptación de los protocolos hace que la estructura se vuelva más que la sumatoria de las partes; un logro que se lleva a flor de piel.

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